25.10.10

¿QUIÉN? ¿QUIÉNES?


“Lo utópico como algo imposible, todavía es una figura usual del lenguaje entre nosotros.
Del griego ou -no y topos – lugar; lugar que no existe. Según el diccionario de la Real Academia. Frente a esta, el diccionario Inglés considera la utopía, como: un lugar o estado de cosas idealmente perfecto, sin entrar a decir si es realizable o no.
Porque en lo utópico no hay ninguna ley de la naturaleza que se oponga a la realización de lo imaginado.
Pero como podrá comprenderse, no se trata de un mero problema lexicográfixo – académico. Es de terminología filosófica y va mucho más allá, pues renunciar a la utopía – sea cristiana, liberal, marxista, ácrata, biológica, ecológica, etc. – equivaldría a dejar al pensamiento humano sin uno de sus elementos más dinamizantes.
Sin utopía, la realidad acaba por ser mediocre o meramente ilusoria, “sin la contrautopía”…

Koestler, Huxley, Juan El Evangelista, Tomás Moro, Bacon, Campanella, etc. algo dijeron.

Lo quimérico. Quimera del latín chimeara y del griego quimaira, animal fabuloso.
“F. Monstruo imaginario que, según la fábula, vomitaba llamas y tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón…
Lo que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo.”

Tal vez eso ha sido lo que nos tocó vivir a los argentinos, una quimera, una quimera que aún nos ocupa, desvela, reclama a ser descifrada.
¿Quién? ¿Quiénes?


Pensando, hablando de la utopía, me encuentro, aparece ante mí esta fotografía del año ’54, verano del ’54 en Mar del Plata. Una compañía, grupo de teatro en gira por el país.
Me lleva a la observación de este grupo humano, joven, a descubrir que si la utopía pudiera tener un rostro, una imagen, sería esta, lo que sugiere, entrega, dice esta foto.
Jóvenes metidos en cuerpo y alma en una empresa generosa, prodigándose por los caminos, ofreciendo el fruto, el resultado de sus sueños, sus afanes, sus fatigas, sus delirios. Puede que ni conciencia plena se tenía de lo que significaban.
Por empuro entusiasmo, confiados en la vida, creyendo estar cambiando el mundo, conquistando una nueva sociedad, más justa, más humana, más digna, solidaria, creativa.
Curioso resulta que ellos resultaban ser “un lugar existente” dando existencia palpable, cierta, a una utopía, allí está registrado ese testimonio del año ’54
¿Qué es lo que vino luego?

Autor: Roberto Espina

EL PAYASO Y EL PAN



Y ahora le llega el turno a la historia de "EI Payaso y el pan", y con lo que llevan sabido, comprenderán por qué nunca podrían llegar a entenderse dos personajes protagonistas de dos historias tan distin¬tas, dos personajes como William Fox and Foster y el payaso Fenelón. Sí, es que cada uno tiene una particularísima manera de ver la vida...

Utilería, muy poca: una escoba, un pan, dos carteles
Personajes, más que pocos: (Par orden de aparición) Bermicheli. Fenelón. William Fox and Foster.
Los hechos a que vamos a referirnos transcurren en un circo.
Diremos, entonces, lugar de acción: Un circo. Su propietario actual es Don Bermicheli y, según el orden que ha dispuesto el autor, es el primero que debe aparecer. Allí viene. Anda buscando a Fenelón.
Bernicheli: -Yo soy el dueño de este circo. Sí, soy don Bermicheli. No vayan a suponer... ¡no, no y no!, no supongan que yo repre¬sento… Yo soy, soy don Bermicheli. Aquí no es como en el teatro donde a ustedes les ofrecen personajes representados. No, yo no represento. Yo soy don Bermicheli, el dueño de este circo, este circo que lleva mi nombre. ¿Ustedes saben leer? lean entonces. ¿Qué dice allí? "Gran circo Bermicheli". Así que no me miren con ojos de espectadores de teatro; ya les he dicho que yo no soy ningún personaje representado. Yo soy yo y hago lo que a mí se me antoja y no lo que a un autor se le pueda ocurrir. Y ahora se me antoja buscar a Fenelón porque veo que todo está muy sucio y Fenelón es el responsable de la limpieza. (Pasa la mano y huele las casas. Sale llamando) ¡Fenelón! ¡Fenelón!

Entra Fenelón muy feliz.

Fenelón: -Ustedes ya saben quien soy, pero debo decirlo para evitar cualquier equivocación y porque existe gente que no entiende sino después de mucho repetirle las cosas. Yo soy el payaso Fenelón y vean qué desgraciado soy. Don Bermicheli es mi patrón. ¡Qué profunda es mi tristeza! Yo quiero ser cantor y él dice que no, que no, que no, que debo ocuparme de la limpieza. Mas, cuando puedo, yo me escapo a la laguna donde hay una rana muy talentosa y que enseña canciones como ésta:

Cri tu cri, cri tru cri,
cri tu crito,
debajo del agua
croaba un sapito,

Cri tu cri, cri tu cri,
cri tu criyo
por qué es que no llueve
o garúa finito?

Se escucha la voz de Bermicheli llamando desde el interior

Bermicheli: - ¡Fenelón! (Toca un pito.)

Fenelón: - Don Bernicheli me está buscando. Voy volando. (Sale.)

Bermicheli (Enlrando): - ¿Dónde se habrá metido este payaso bandido? ¡Fenelón! (Lo busca por todos los rincones, Fenelón entra y choca con Bermicheli) ¿Dónde estabas metido?

Fenelón: - y, estaba, estaba…

Bermicheli: - ¿Dónde estaba?

Fenelón: - Estaba en la laguna, con doña Rana.

Bermicheli: - ¿Con doña Rana?

Fenelón: - La visitaba.

Bermicheli: - ¿A quién visitaba?

Fenelón: - Doña Rana.

Bermicheli: - ¿Y qué hacía con Doa Rana?

Fenelón: - Cantaba.

Bermicheli: - ¿Cantaba?
Fenelón: - Cantaba.

Bermicheli: - ¿Qué cantaba?

Fenelón: - Cri tu cri, cri tru cri, cri tu crito.

Bermicheli: - ¿Cri tu cri, cri tru cri, cri tu crito?

Fenelón: - Debajo del agua croaba un sapito.

Bermicheli: - Croaba un sapito. ¿Y quién limpia el circo? (Silencio) ¡Vaya a buscar la escoba! (Sale Fenelón, triste.) ¡Corra! (Fenelón corre. Bermicheli rezonga.) La laguna, doña Rana, cri tu cri, cri tu crito… Doña Rana.
Fenelón (Entra con la escoba y limpia.): -Yo con todo mi talento, tener que estar haciendo esto. (Barre y se queja. Luego se detiene.)
Bermicheli: - ¡FeneIón! (Fenelón barre ligero.) ¡Fenelón! (Fenelón Corre a su lado.)
Fenelón: - Sí, patrón.
Bermicheli: - Escucha con atención. Yo me voy a ausentar.
Fenelón: - ¿Ausentar?
Bermicheli: - Tengo que ir a la ciudad.
Fenelón: - A la ciudad.
Bermicheli: - Cuando vuelva quiero encontrar…
Fenelón: - Quiere encontrar…
Bermicheli: - Todo hecho, cumplido, terminado…
Fenelón: - Terminado…
Bermicheli: -Esta es la lista de los mandados. (Saca una lista y lee.)
EI león bien peinado, con agua y jabón. EI elefante elegantemente bañado. A la jirafa la saca de paseo por la plaza. Reposo y comida para el oso. La foca que juegue a la pelota. Fenelon, ¡a trabajar! Ahora yo me voy a la ciudad. ¡A trabajar!
Fenelón: - A trabajar.
Bermicheli: - Y nada de cantar.

Fenelón: -Y nada de cantar. (Sale Bermicheli) Y nada de cantar... y nada de cantar... León Peinetón, la plaza con jirafa, elefante elegante, oso reposa, foca con pelota, la cebra blanca y negra, la pulga, la culebra... (Sale.)

Entra William Fox and Foster.

W.F.F.: - Sí, soy yo el que ustedes sospechan…

Saca el cartel que dice: “Circo Bermicheli” y coloca uno más grande y en colores que dice “William Fox and Foster – Circuscope – Estéreo Color”. Vuelve a entrar Fenelón barriendo.

Fenelón: -No tengo que cantar, hay que trabajar... (Ve a W.F.F.) ¡Oh!

W.F.F.: - ¡Good morning, Fenelón!

Fenelón: - Buen día, señor…

W.F.F.: - Mister Fox and Foster.

Fenelón: - Y mi nombre es…

W.F.F.: - El payaso Fenelón.

Fenelón: - ¡Oh! ¿Me conoce…?

W.F.F.: - El famoso payaso Fenelón.

Fenelón: - ¿Soy famoso?

W.F.F.: - Famoso y glorioso.

Fenelón: - ¿Famoso y glorioso?

W.F.F.: -Famoso, glorioso y poderoso.

Fenelon: -No puedo seguir y perdóneme. Tengo que barrer.

W.F.F.: - ¡Basta de barrer! ¡Afuera esa escoba! Tu trabajo será un gran placer.

Fenelón: - Tengo que barrer.

W.F.F.: - ¡Nada de barrer! ¡Gloria, money, fama, poder. Es lo que te espera!

Fenelón: - Tengo que barrer.

W.F.F.: - Tienes que cantar, mostrar tu talento.

Fenelón: - ¿Cantar?

W.F.F.: - Sí. Te quiero oír.

Fenelón: - ¿Me quiere escuchar?

W.F.F.: - Sí.

Fenelón: - No, no puedo ahora. No quiere don Bermicheli.

W.F.F.: - Oh, don Bermicheli ya no vendrá

Fenelón: - ¿No vendrá?

W.F.F.: - No vendrá.

Fenelón: - ¿Nunca más?

W.F.F.: - Nunca más.

Fenelón (Llora): - ¡Oh! ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Dónde voy a ir?

W.F.F: - Te quedarás aquí a cantar, a cantar.

Fenelón: - ¿Cantar?

W.F.F.: - Sí, canta.

Fenelón: - Me da vergüenza.

W.F.F.: - Oh, canta…

Fenelón: - Bueno, pero usted no me mire.

W.F.F.: - Oh, canta… Yo no te miro.

Fenelón: - Cri tu cri, cri tru cri…

W.F.F.: - Muy bien, muy bien.

Fenelón: - Pero si todavía no he terminado.

W.F.F: - Está muy bien. Ahora vas a cantar algo que yo te voy a enseñar.

Fenelón: - Usted me va a enseñar.

W.F.F.: - Sí, canta así:

Cri tu cri, cri tu cri
cri tu crate.
Qué rico es el chocolate
que fabrica don Tomás.

Fenelón: - ¿Quién es don Tomás?

W.F.F.: - Eso no tiene importancia.

Fenelón: - Yo nunca comí chocolate.

W.F.F.: - Tampoco interesa.

Fenelón: -No voy a poder…

W.F.F.: - ¡Oh! Tienes que poder. Vas a ser famoso, glorioso, poderoso. Radio, cine, teatro, televisión...

Fenelón intenta cantar y no puede. Va perdiendo fuerza como un juguete que queda sin cuerda.

Fenelón: -No puedo…

W.F.F.: - ¡Tú eres un rebelde!... ¡Canta o te voy a denunciar a la policía!
Fenelón: (Intenta nuevamente) - ¡Oh, no puedo! ¡No puedo!

W.F.F.: - Si cantás te doy un pan.

Fenelón: - ¿Un pan? (W.F.F. saca un pan.) ¡Oh, qué lindo pan! (Intenta tomarlo.)

W.F.F.: - No. Primero tienes que cantar.

Fenelón: - Déjame sentir el olor. (Lo huele.) Déjame tocarlo. (Lo toca.) Probar una miguita chiquitita, como la que comen los paja¬ritos.

W.F.F.: - No. Canta primero.

Fenelón (Intenta): - ¡No puedo! ¡No puedo!

W.F.F.: - Voy a buscar a la policía, al ejército, a la aviación. Eres un rebelde, un enemigo del progreso, un reaccionario conservador, un cáncer de la civilización. (Sale.)

Fenelón (Solo.): - Oh, fue a buscar de todo... ¿Qué puedo hacer? Me voy a esconder en cualquier lugar donde no me pueda encontrar. Yo me voy para allá. Ustedes si les pregunta, digan que me fui para allá. ¡Oh, si me llegara a agarrar! No le digan par favor donde estoy: Adiós, me voy, me voy para allá. Si llega a venir digan que me fui para allá. Me voy para allá. Adiós.

Reaparece el Relator.

Relator: - Adiós, Fenelón. Esta es la tonta historia del payaso y el pan. Si ustedes no Ie dicen a William Fox and Foster hacia donde fue Fenelón, difícil es que lo pueda encontrar. Y así Fenelón podrá seguir aprendiendo canciones que le enseña doña Rana y otra serie de tonterías que no sirven para nada...


Autor: Roberto Espina

¡EL TÉ SE ENFRÍA! No seamos ortodoxos ni demasiados reumáticos

(ROSALIA TOMA UNA PILA DE DIARIOS, Y LEYENDO CON LA DECIDIDA INTENCION DE DISTRAER A SU HERMANA:)

Rosalía: Oh! Pobrecita!

Enriqueta: Por qué le dices pobrecita?

Rosalía: Porque no habría de tener alma para no compadecerla.

Enriqueta: Araña asesina!

Rosalía: (LEYENDO UN TITULO DEL DIARIO):
Paloma suicida...

Enriqueta: Lo envolvió en la tela virulenta de sus artimañas…

Rosalía: Los cazadores mientras le apuntaban, se quedaron con las bocas abiertas...

Enriqueta: Boca abierta…

Rosalía: La paloma se había hecho grabar sobre el pecho, en la Región donde según los anatomistas se encuentra el corazón...

Enriqueta: Desalmada!...

Rosalía: Varios círculos concéntricos…

Enriqueta: Sinuosa, retorcida!

Rosalía: Una de esas figuras que se emplean para practicar tiro al blanco…

Enriqueta: Negro instinto!

Rosalía: El centro daba justo sobre el lugar donde golpeaba la pequeña y apenada víscera.

Enriqueta: Sin entrañas!

Rosalía: Si, el Tic-tac de la pequeña vícera llevaba el ritmo pausado, doliente, de una gran pena.

Enriqueta: Enormes cadenas...

Rosalía: La gran pena la tenía la paloma, y su corazón le acompañaba siguiendo el compás.

Enriqueta: Ladrona!

Rosalía: Los cazadores cerraron sus bocas y bajaron los caños de sus escopetas, azorados...

Enriqueta: Azogue!

Rosalía: La paloma quedó decepcionada, al ver fracasado su intento, y con tono resignado dijo a su corazón, "y bueno, seguiremos viviendo.... "

Enriqueta: Sí, hay que seguir viviendo…

Rosalía: De pronto advirtió que tenía apetito…

Enriqueta: Oscuros apetitos!

Rosalía: Voló…

Enriqueta: Volaron!

Rosalía: Hacia un maduro, dorado trigal, y entre picar aquí y picar allá...

Enriqueta: Como las aves de rapiña…

Rosalía: Volvió a sentir el gusto agradable de la vida.
Su corazón fiel le acompañaba en su jubilosa glotonería, tic-tac-tic-tac.

Enriqueta: Como la implacable pulsación del tiempo…

Rosalía: Estalló un cartucho, los perdigones volaron, y entre granos de trigo, granos de acero, roja la sangre, dorado el trigo, aceradas las municiones, con su última expresión de felicidad en el rostro quedó la paloma apresada entre las fauces cálidas de un perro...

Enriqueta: Entre sus fauces babosas se llevó a nuestra paloma!

Rosalía: Pobrecita! (LLORA, AL TERMINAR DE LEER)

Enriqueta: Nuestra paloma! Querubín indefenso! (LLORAN AHORA JUNTAS)
(ROSALIA REACCIONA, AL VER FRACASADO SU INTENTO DE DISTRAER A ENRIQUETA):
Rosalía: José!
(JOSE ENTRA Y CONTESTA):

José: Señorita?

Rosalía: No olvide que hoy tenemos visitas.

José: Trataré de recordarlo.

Enriqueta: No estamos en condiciones de recibir a nadie!
José, anule esos compromisos!

José: Así se hará, señorita-

Rosalía: No se le ocurra, José.

José: No se me ocurre, señorita.

Enriqueta: Líbrenos, José, de la molestia.

José: La libraré, señorita.

Rosalía: Disponga, todo, José, que yo me ocuparé de recibirlas.

José: Todo será dispuesto. (SALE)

(PAUSA EN LA QUE ENRIQUETA, MOLESTA POR LA ACTITUD DE ROSALIA, SE DEDICA A MIRAR EN UN ESTUCHE VIEJAS CARTAS Y FOTOGRAFIAS)

Rosalía: (SIGUE CON EL DIARIO)
"Las grandes potencias prestarán ayuda, ofrecen armas para la defensa y bebidas gaseosas que aceleran la digestión en Las zonas "áridas del planeta"

Enriqueta: (MIRANDO FOTOS): Hipoglucemia...

Rosalía: "El Obispo de Cabo Esperanza repartirá ostias perdurables y refactarias a la humedad..."
Enriqueta: Reumatismo…

Rosalía: “Luna de miel: Un helicóptero embistió a una pareja de novios…”

Enriqueta: Contusión…

Rosalía: "La Asociación de Caballeros Argentinos de la Soberana Orden de Malta donó al Hospital Fernández un equipo para fotografiar el estómago".

Enriqueta: Gastrocámara

Rosalía: "En el día de mañana se perforarán los lóbulos de las orejas de la Princesa Margarita...."

Enriqueta: Anestesia.

Rosalía: "Se perforan tres millones de lóbulos por día en toda la superficie poblada de la tierra..."

Enriqueta: Óvulo, célula sexual femenina, que fecundada da origen al embrión, órgano contenido en el ovario...

Rosalía: "Desde mañana, las orejas de la princesa tendían perforado el lóbulo..."

Enriqueta: La debe haber fecundado el plomero.

Rosalía: “Gremiales: El sindicato de…”

Enriqueta: NO!

Rosalía: Oh! Perdona.

Enriqueta: Ellos han sido los causantes de nuestras desgracias!

Rosalía: Tienes que olvidar!

Enriqueta: Olvidar? Cómo puedo olvidar? Olvidar es perdonar! perdonar a quienes han violado la paz de nuestra existencia, a ellos que embarazan todo cuando tocan, a ellos que violan incesantemente nuestro virginal reposo.

Rosalía: Debes serenarte, distraerte, no olvides que hoy tenemos visitas.

Enriqueta: No quiero recibir a nadie.

Rosalía: Pero, los hemos invitado.

Enriqueta: No tengo ánimos para atenderlos.
Rosalía: Debes hacer un esfuerzo, ya que falta poco para que lleguen.

Enriqueta: Fui yo quien lo encontró en el cajón de la cómoda, desnudito, con sus manitas estiradas hacia mí...

El té se enfría (Fragmento)
Autor: Roberto Espina

LA VACA BLANCA

Ilustración: Martín "Tin" Félix



LA VACA BLANCA
o LA GRAN MARCHA HACIA DONDE EL DIABLO
PERDIÓ EL PONCHO (Fragmento)


- Qué ocurre señor pajarito.
- Nada señor escarabajo (porque ahora se trataban de señor)
- Por nada no pudo usted haber venido hasta mis aposentos. (ésta era otra de las nuevas palabras que había aprendido)
- Pues si señor escarabajo, creo que he venido para nada, porque las cosas que me preocupaban no creo que le interesen a usted.
- le ruego señor pajarito que no olvide que debe pronunciar mi nombre con mayúscula, luego trate de no ponerse insolente y explique cuáles son sus preocupaciones.
- Mis preocupaciones no son solo mías sino de todos los que iniciamos esta marcha.
- Quiere usted decir que viene representando a una agrupación o partido?
- Puede ser…
- Pues yo le digo que no puede ser, porque esta marcha no admite más que una sola agrupación y de esa agrupación yo soy el delegado.
- Pero…
- No hay peros que valgan.
- Entonces si me permite Señor Delegado, me voy a retirar.
- No sin antes saber señor pajarito, qué es lo que lo ha traído hasta aquí.
- No creo que valga la pena.
- Yo le exijo que lo diga, y que sepa expresarse en su nombre y no invocando pretendidas razones colectivas.
- Pues bien, yo creo que nos hemos olvidado de los motivos o el motivo que dio nacimiento a esta empresa
- Ah!. Ah!. Ah!, Ya lo estaba sospechando, así que esa era la causa y razón de esa visita?
EI Escarabajo con una mano atrás y otra en el pecho, como sabía andar Napoleón, caminó en círculo en torno del pajarito. Sentía deseos de mandarlo desplumar.











- Así que tratando de conspirar contra mi sistema, así que creando el descontento, y cuántos son, dónde se reúnen, cuál es el emblema de ese grupo de conspiradores?
- No hay tal organización, Señor Escarabajo. Lo único que yo sé es que hay una vaca que tiene pena.
Dijo el pajarito, para no continuar con un diálogo inútil. EI Escarabajo lo miró con esa mirada que tienen que tener los jefes.
- Es que acaso yo no lo sé? Repitió esta frase tres veces, de manera distinta. Primero como para sí, luego como dirigiéndose al universo entero, y finalmente interrogando al pajarito, al que se le pararon las plumas, por el miedo que le producía la mirada del Escarabajo.
- No he hecho bordar un gran estandarte, sobre cuyo fondo verde, de un verde tierno y conmovedor, está la vaca blanca, en blanca seda con sus rosados ojos llenos de pena, una pena que arranca lágrimas de compasión de solo verla. No marcha ese estandarte, al frente de una legión fervorosa y creyente, entonando himnos y elevando plegarias, mientras vamos hacia ella?
No he entregado yo mi vida, todo mi ser, a esa magnífica empresa, no he sacrificado mi existencia. Existe gesto que yo haga, una sola palabra que pronuncie, un solo pensamiento que yo tenga, que no esté dedicado a ella?
Es que es necesario que haga más, es que no es lo bastante elocuente el ejemplo de una vida, de una existencia, consagrada total y plenamente, es que existe alguna forma más definitiva de demostrar la pasión que consume mi ser?.
EI Escarabajo, que había adquirido algunas nociones de arte dramático, empezó a gesticular e interpretar, aplicando fervorosamente todo lo que había aprendido.
Se desgarraba las ropas, se tiraba de los cabellos, (que no tenía, pero, figuraba como si los tuviera). Llenaba sus ojos de lágrimas, largaba risas sarcásticas, lanzaba gemidos.
- Es que acaso soy tan solo ambicioso?
- Todo en mí no es más que ambición?
- Juzgad, Oh!, dioses, con qué ternura amo yo a este pajarito. Este es el golpe más cruel de todos. Pues cuando veo que él me hiere, la ingratitud, más poderosa que los brazos de los traidores, anonada mi pobre corazón y cubriéndome el rostro con el manto, caigo a los pies del estandarte de la vaca blanca a la que empapo con mi sangre.
- Oh! Qué caída compatriotas!. En este momento yo y vosotros y todos caemos y la traición sangrienta triunfa sobre nosotros!
Y se tiró al suelo, en una expresión patética, agotado. Miró hacia su alrededor buscando al pajarito, que en medio de su actuación había aprovechado para retirarse.
- Dónde te has metido? Ha huido. Tendré que hacerlo desplumar.
Ya era noche, una noche luminosa, muy azul, muy estrellada. La multitud de animales dormía. EI Escarabajo también trató de dormir, estaba cansado y a la madrugada debía reiniciar la marcha.


Autor: Roberto Espina

EL SUEÑO DEL JUICIO

Ilustración: Fernando Airaldo



Texto inspirado en el legendario cuento recogido por los hermanos Grimm

EL SUEÑO DEL JUICIO

En donde se sabe algo de los secretos diálogos que mantuvieron Caperucita y el Lobo Feroz.

VERSIÓN INSOSPECHADA E INSÓLITA
DEL ARCHISABIDO CUENTO DE:

CAPERUCITA Y EL LOBO FEROZ

…………………………………………………………………..

PERSONAJES QUE PARTICIPAN EN ESTA
HISTORIA, QUE TIENE UN SOLO CUADRO Y SE
DESARROLLA DE CORRIDO EN UN ACTO ÚNICO:

- EL JUEZ: Viejo y simpático
- EL FISCAL: Leguleyo con algo de cuervo seco
- EL ABOGADO: Gordo bonachón
- EL GUARDABOSQUE: Duro y metálico culposo
- MADRE DE CAPERUCITA: Señora algo tonta y bondadosa
- LA CAPERUCITA: Señorita atractiva y sensual
- EL LOBO FEROZ: Noble y animalado


........................................................................................................................

EL SUEÑO DEL JUICIO (Fragmento)


Caperucita: (Señalando al Guardián) Lobito, ¿qué hace ese señor?

Lobo: Es un guardián Caperucita.

Caperucita: ¿Guardián? ¿Y qué guarda?

Lobo: El orden Caperucita.

Caperucita: ¿Por qué hay que guardar el orden Lobito?

Lobo: Te vas a atragantar Caperucita, tanto andar tragando atraganta,
la gente vive atragantada con todo lo que dice que sabe.
Tragaldabas... los tragaldabas no digieren nada, se atragantan...

Caperucita: ¿Qué es lo que estás diciendo? Mientras el Guardián nos vigila.

Lobo: Sí, mejor vamos a otro lugar, en donde vas a ver para qué sirven
los guardianes.

Abogado: Caminaron, se alejaron del lugar en que el Guardián los
observaba vigilando lo que hacían.

Lobo: Verás, verás si es que quieres ver, el ver y el oír depende de cada uno.
(Avanzan el Lobo y Caperucita hacia un extremo del escenario y quedan al frente mirando hacia la platea como quienes miran algo hondo e infinito. Aterrante, Caperucita presa de profunda impresión dice:)

Caperucita: ¿Qué es eso Lobito?

Lobo: Lo que estas viendo Caperucita, un hoyo enorme, extenso y
profundo pozo negro.

Caperucita: ¿Y qué tiene que ver este abrumante, infinito pozo negro, con mi pregunta?

Lobo: Este infinito pozo negro que ves, fue un bello, rico lugar lleno
de promesas, un amado país.
Aquí hubo caudalosos ríos, lagos azules de aguas límpidas con
abundante y gozosa fauna, aguas prodigiosas que regaban
fértiles praderas en cuyos tiernos pastizales verdes, pastaba
dichosa ganadería.
Confiados y felices animales poblaban sus bosques, bosques
Caperucita, en los que se podía oler hierbas y maderas, el olor
del sándalo, lapachos, abedules, centenarios robles.
El bosque Caperucita, la encina, quebracho, algarrobo. En las
laderas se llenaba el aire del perfume que desprendían los aromos,
el romero, las mentas en sus vertientes, el heliotropo, salvia,
orégano, el cedrón... ¡Oh, Caperucita!, el bosque en que viví en mi
infancia. La flor dorada del mático que huele a miel, miel que
endulzaba mis días. Era algo similar a aquello que nos cuentan del
Edén, de lo que se dice fue la arcadia, todo, todo se perdió, se lo
llevaron, y aquí dejaron esto, este tremendo y tenebroso pozo negro.
¿Por qué he vuelto? ¿Por qué me trajiste hasta aquí Caperucita?

(El Lobo Feroz llora triste, un llanto conmovido, mezcla de pena y rabia, Caperucita busca calmarlo y consolar su alma dolida)

Caperucita: Perdóname Lobito, yo quería saber...

Lobo: Querías saber para qué sirven los guardianes del orden, yo tampoco
lo sé Caperucita, lo ignoro. Tan solo sé que un día, se decidió tener
guardianes que cuidaran el orden, las riquezas.
Se idearon palabras como soberanía, soberanía que se parece tanto
a la soberbia, nación y seguridad, para estar seguros, en nombre de
estas palabras se comenzaron a cambiar bosques por armas; para
defender la soberanía, las montañas con ricos metales, las bellas
montañas se transformaron, se las entregó para adquirir tanques,
máquinas para defender la soberanía; praderas y cascadas, ríos
y lagos por radares y sofisticados proyectiles para defender la
soberanía; pájaros y nubes, campos de trigales, maíz, cebada,
centeno, un océano de granos y frutos prodigiosos por todo tipo de
aparatos de guerra para defender la soberanía.
Y así todo fue cambiado y vendido en nombre de la soberanía, en
nombre de esas raras palabras: nación-seguridad-soberanía.
Quedó finalmente este hoyo negro, que estás viendo y que nadie
quiere ver Caperucita...
Todo se fue, se lo llevaron, éste es el resultado final al que llegó un
bello país, aquel lugar en que nací y viví; se lo llevaron Caperucita,
quedó en manos de los soberbios guardianes del orden; esto quedó
Caperucita, esto que ves.

Caperucita: ¡Qué espanto Lobito!

Lobo: Sí, qué espanto... Se espantaron, todos se espantaron cuando no
quedó nada, nada más que esto...

Caperucita: ¿Todos se fueron?

Lobo: No Caperucita, mira bien en las orillas, hay quienes quedaron,
quedaron y allí están, esqueletos con armas oxidadas que devora
implacable y despiadado el tiempo.
Se dice que en el fondo de este pozo... en fin...

Caperucita: ¿Por qué no cubren, no tapan, este hoyo, este terrible pozo negro?

Lobo: Tratan, trataron, pero... parece que es imposible, el hoyo es
demasiado inmenso y no se ha encontrado aún el modo de taparlo.



Autor: Roberto Espina