25.10.10

EL SUEÑO DEL JUICIO

Ilustración: Fernando Airaldo



Texto inspirado en el legendario cuento recogido por los hermanos Grimm

EL SUEÑO DEL JUICIO

En donde se sabe algo de los secretos diálogos que mantuvieron Caperucita y el Lobo Feroz.

VERSIÓN INSOSPECHADA E INSÓLITA
DEL ARCHISABIDO CUENTO DE:

CAPERUCITA Y EL LOBO FEROZ

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PERSONAJES QUE PARTICIPAN EN ESTA
HISTORIA, QUE TIENE UN SOLO CUADRO Y SE
DESARROLLA DE CORRIDO EN UN ACTO ÚNICO:

- EL JUEZ: Viejo y simpático
- EL FISCAL: Leguleyo con algo de cuervo seco
- EL ABOGADO: Gordo bonachón
- EL GUARDABOSQUE: Duro y metálico culposo
- MADRE DE CAPERUCITA: Señora algo tonta y bondadosa
- LA CAPERUCITA: Señorita atractiva y sensual
- EL LOBO FEROZ: Noble y animalado


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EL SUEÑO DEL JUICIO (Fragmento)


Caperucita: (Señalando al Guardián) Lobito, ¿qué hace ese señor?

Lobo: Es un guardián Caperucita.

Caperucita: ¿Guardián? ¿Y qué guarda?

Lobo: El orden Caperucita.

Caperucita: ¿Por qué hay que guardar el orden Lobito?

Lobo: Te vas a atragantar Caperucita, tanto andar tragando atraganta,
la gente vive atragantada con todo lo que dice que sabe.
Tragaldabas... los tragaldabas no digieren nada, se atragantan...

Caperucita: ¿Qué es lo que estás diciendo? Mientras el Guardián nos vigila.

Lobo: Sí, mejor vamos a otro lugar, en donde vas a ver para qué sirven
los guardianes.

Abogado: Caminaron, se alejaron del lugar en que el Guardián los
observaba vigilando lo que hacían.

Lobo: Verás, verás si es que quieres ver, el ver y el oír depende de cada uno.
(Avanzan el Lobo y Caperucita hacia un extremo del escenario y quedan al frente mirando hacia la platea como quienes miran algo hondo e infinito. Aterrante, Caperucita presa de profunda impresión dice:)

Caperucita: ¿Qué es eso Lobito?

Lobo: Lo que estas viendo Caperucita, un hoyo enorme, extenso y
profundo pozo negro.

Caperucita: ¿Y qué tiene que ver este abrumante, infinito pozo negro, con mi pregunta?

Lobo: Este infinito pozo negro que ves, fue un bello, rico lugar lleno
de promesas, un amado país.
Aquí hubo caudalosos ríos, lagos azules de aguas límpidas con
abundante y gozosa fauna, aguas prodigiosas que regaban
fértiles praderas en cuyos tiernos pastizales verdes, pastaba
dichosa ganadería.
Confiados y felices animales poblaban sus bosques, bosques
Caperucita, en los que se podía oler hierbas y maderas, el olor
del sándalo, lapachos, abedules, centenarios robles.
El bosque Caperucita, la encina, quebracho, algarrobo. En las
laderas se llenaba el aire del perfume que desprendían los aromos,
el romero, las mentas en sus vertientes, el heliotropo, salvia,
orégano, el cedrón... ¡Oh, Caperucita!, el bosque en que viví en mi
infancia. La flor dorada del mático que huele a miel, miel que
endulzaba mis días. Era algo similar a aquello que nos cuentan del
Edén, de lo que se dice fue la arcadia, todo, todo se perdió, se lo
llevaron, y aquí dejaron esto, este tremendo y tenebroso pozo negro.
¿Por qué he vuelto? ¿Por qué me trajiste hasta aquí Caperucita?

(El Lobo Feroz llora triste, un llanto conmovido, mezcla de pena y rabia, Caperucita busca calmarlo y consolar su alma dolida)

Caperucita: Perdóname Lobito, yo quería saber...

Lobo: Querías saber para qué sirven los guardianes del orden, yo tampoco
lo sé Caperucita, lo ignoro. Tan solo sé que un día, se decidió tener
guardianes que cuidaran el orden, las riquezas.
Se idearon palabras como soberanía, soberanía que se parece tanto
a la soberbia, nación y seguridad, para estar seguros, en nombre de
estas palabras se comenzaron a cambiar bosques por armas; para
defender la soberanía, las montañas con ricos metales, las bellas
montañas se transformaron, se las entregó para adquirir tanques,
máquinas para defender la soberanía; praderas y cascadas, ríos
y lagos por radares y sofisticados proyectiles para defender la
soberanía; pájaros y nubes, campos de trigales, maíz, cebada,
centeno, un océano de granos y frutos prodigiosos por todo tipo de
aparatos de guerra para defender la soberanía.
Y así todo fue cambiado y vendido en nombre de la soberanía, en
nombre de esas raras palabras: nación-seguridad-soberanía.
Quedó finalmente este hoyo negro, que estás viendo y que nadie
quiere ver Caperucita...
Todo se fue, se lo llevaron, éste es el resultado final al que llegó un
bello país, aquel lugar en que nací y viví; se lo llevaron Caperucita,
quedó en manos de los soberbios guardianes del orden; esto quedó
Caperucita, esto que ves.

Caperucita: ¡Qué espanto Lobito!

Lobo: Sí, qué espanto... Se espantaron, todos se espantaron cuando no
quedó nada, nada más que esto...

Caperucita: ¿Todos se fueron?

Lobo: No Caperucita, mira bien en las orillas, hay quienes quedaron,
quedaron y allí están, esqueletos con armas oxidadas que devora
implacable y despiadado el tiempo.
Se dice que en el fondo de este pozo... en fin...

Caperucita: ¿Por qué no cubren, no tapan, este hoyo, este terrible pozo negro?

Lobo: Tratan, trataron, pero... parece que es imposible, el hoyo es
demasiado inmenso y no se ha encontrado aún el modo de taparlo.



Autor: Roberto Espina

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